El estrés altera la composición de acido ribonucleico en
pequeños ratones machos y conduce a comportamientos depresivos hasta a sus tres generaciones posteriores.
Tomado de Nature
News
Por Virginia Hughes
Traducción Jorge Contreras
“Las investigaciones en ratones expuestos a estrés señalan
que su descendencia muestra comportamiento depresivo luego de tres
generaciones. Las conclusiones en humanos serían similares, nuestros hijos
podrían ser el resultado de nuestras experiencias”…
Trauma de padres a
hijos…
El trauma es dañino. No sólo aumenta
el riesgo de una persona a los trastornos psiquiátricos, sino que también puede
extenderse a las generaciones siguientes. Las
personas que sufrieron traumas
durante el genocidio de los Khmer Rouge en Camboya tuvieron hijos con depresión
y ansiedad, en el caso de hijos de soldados veteranos australianos de la guerra
de Vietnam, tuvieron las tasas más altas de suicidio de su población general.
El impacto del trauma proviene en parte de factores
sociales, tales como la influencia de los padres al interactuar con sus hijos. El
estrés también deja "marcas epigenéticas", cambios químicos que influencian
la forma en que se expresa el ADN sin necesariamente alterar su secuencia. Un
estudio publicado esta semana en la revista Nature Neuroscience señala que el estrés en la vida temprana altera
la producción de pequeños ácidos ribonucleicos (ARN), llamados microARNs ,
en el esperma de los ratones (K. Gapp et al. Naturaleza Neurosci . ; 2014). Los
ratones entonces, muestran comportamientos depresivos que persisten en su
progenie, que también muestran fallas en su metabolismo.
Los Padres tienen un
papel muy importante…
Stephen Krawetz, especialista genético de la Escuela de
medicina de la Universidad de Wayne en Detroit, Michigan, que estudia los
microRNAs en el esperma humano, afirma que los resultados de este estudio son
notables pues demuestran que los espermatozoides responde al medio ambiente.
Krawetz afirma "los
padres tienen un papel mucho más importante que el solo entregar su genoma en
este proceso". Añade que este es solo uno de un número creciente de
estudios que demuestran los sutiles cambios en los microRNAs en la esperma
" y que estos preparan el escenario para una gran multitud de otros
efectos".
La herencia genética por
tres generaciones…
En un nuevo estudio, Isabelle Mansuy , un neurocientífico de
la Universidad de Zurich, en Suiza y sus colegas, separaron periódicamente
ratones hembra de sus jóvenes cachorros y las expusieron a situaciones de
estrés, ya sea colocándolas en agua fría o a través de restricciones físicas.
Estas limitaciones se hicieron todos los días, a veces erráticamente, de manera
que las madres no pudieran confortar abrazos a sus crías antes de la separación
.(crías a las que se les denominó la generación F1)
Las investigaciones determinaron que las crias macho
tratadas de esta manera, mostraron comportamientos depresivos y tendían a
subestimar el riesgo. Su esperma también mostró niveles altos y anormales en cinco
microRNAs, uno de ellos, el miR-375, relacionado al estrés y a la regulación
del metabolismo .
Las crías machos de la generación F1, influenciaron en lo
que vendría a ser la generación F2, quienes mostraron comportamientos
depresivos similares, así tambien mostraron un metabolismo anormal de azúcar.
Las generaciones F1 y F2 también tenían niveles anormales de los cinco
microRNAs en la sangre y en el hipocampo, una región del cerebro implicada en
las respuestas al estrés. Los efectos sobre la conducta persistieron hasta la
generación F3.
Mansuy y su equipo están ahora investigando si similares
biomarcadores de microARN ocurren en personas expuestas a eventos traumáticos, o en sus hijos." Si algunos se
alteran de forma persistente en la sangre, entonces podrían ser utilizados como
marcadores de susceptibilidad al estrés o a la creación de los trastornos
psiquiátricos ", asegura.
Para descartar la posibilidad de que los efectos del estrés
se transmiten socialmente, los investigadores recolectaron también ARN del
esperma de los machos F1 ' y lo inyectaron en óvulos recién fertilizados de
ratones no traumatizados. El resultado fue ratones con comportamientos depresivos
y síntomas metabólicos comparables, y los
comportamientos depresivos, pasaron a su vez a la siguiente generación.
Sobre las bases biológicas de estos hallazgos, los autores admiten que todavía hay
mucho por descubrir .
Sarah Kimmins , especialista genética en la Universidad de
McGill en Montreal , Canadá, asegura que nadie sabe cómo el estrés desencadena
los cambios en los microARN en los espermatozoides. Una ruta potencial podría
ser a través de los receptores de glucocorticoides , proteínas implicadas en la
respuesta al estrés que se expresan en el esperma. Podría ser también que las
hormonas del estrés que circulan en la sangre se abren camino en los testículos
y se unen a estos receptores provocando de alguna manera los cambios en la
expresión de los microARN , sin embargo, "…nadie ha explorado eso aún y es un tema muy
emocionante. "
Krawetz señala otro enigma planteado por los estudios, las experiencias estresantes no afectaron
el microARN en la esperma de las generaciones F2 y F3. Esto podría significar
que las anormalidades en esta progenie vinieron y se detuvieron . Pero por
ahora , dice, " eso es todo a lo que hemos llegado” - agitando la mano-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario