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viernes, 5 de julio de 2013

Hermanos en Armas


Tomado de la revista en Web “Revisión Literaria

Michael Burleigh [1], nos presenta una revisión del libro  “La Hermandad Musulmana: La evolución del movimiento islamista” de Carrie Rosefsky Wickham.
(Princeton University Press 352pp £ 19.95). Nos guía en la comprensión de la Hermandad Musulmana y los conflictos políticos que enfrenta Egipto.
Traducción Jorge Contreras

El 30 de junio 2012 Muhammad Morsi fue investido como presidente de Egipto. Aunque no había nada especial que destaque en este sencillo ingeniero que de pronto se convirtiera en un funcionario del partido, el ascenso de Morsi representa un extraordinario logro para la “Hermandad Musulmana” o los “Hermanos Musulmanes”, la organización a la que el había dedicado su vida.

Fundada por Hasan al-Banna, un maestro de escuela en 1928, la Hermandad (o Ikhwan) fue una organización que sobrevivió a décadas de engaños, persecución y asedio a manos de Nasser, Sadat y Mubarak, para convertirse en la sorpresiva beneficiaria de una revolución que los  entusiastas comentaristas occidentales identificaron con la juvenil y simplista revuelta de las redes sociales Facebook y Twitter en la plaza Tahrir, de Egipto, a pesar de que en ese tiempo, solo un 2.6 % de los egipcios tenían acceso a la tecnología de las redes sociales.

Pocos notaron que la Hermandad Musulmana tenía su propio canal de televisión por satélite y poseía recursos tan "modernos" como los de los manifestantes, al menos en ese sentido tecnológico estrecho y sobre todo irrelevante.

Mientras los occidentales se felicitaban porque  sus avanzadas técnicas de redes sociales habían provocado que los retrógrados árabes  derrocaran los regímenes corruptos y brutalmente dinásticos , los jóvenes manifestantes fueron mantenidos a raya por los militares que  trataron de detener "que lo más profundo de Egipto” asumiera el poder.

A pesar que partidos basados ​en la religión estaban prohibidos por la Ley de Partidos Políticos de 1977, durante varias décadas, la Hermandad construyó un buen número de miembros independientes que la apoyaron en el Parlamento, superando todos los obstáculos que los sucesivos regímenes colocaron  en su camino, incluyendo el fraude electoral a favor del Partido Nacional Democrático. La moderna Hermandad fue una máquina político-religioso dirigida por profesionales, médicos, ingenieros y abogados.

Deliberadamente evitó participar en los caóticos eventos en la Plaza Tahrir y luego se movilizó para apoyar  a su nuevo Partido de cuño Liberal y de Justicia en los barrios pobres urbanos y en las conservadoras áreas rurales, llegando a ganar las elecciones parlamentarias de noviembre del 2011 y las presidenciales en mayo del 2012. El Partido Libertad y Justicia y sus puritanos aliados Salafistas en el Partido Al-Nour (Wahhabistas que obtuvieron alrededor del 20 % de votos) llenaron así los cupos de la asamblea encargada de redactar una nueva constitución.
 
La politóloga Carrie Rosefsky Wickham, autora de este libro, actuó como observadora electoral del Centro Carter, supervisando las elecciones y llegando a la conclusión de que estas se realizaron bastante bien.

Su libro es un relato escrito claro y equilibrado de la historia de Hermandad desde sus modestos inicios hasta su llegada al poder. Ella deliberadamente evita la preocupación previsible en la cuestión de que si la Hermandad se trata de la punta de un peligroso iceberg  y en su lugar se concentra en las tensiones existentes entre los “hermanos”, desde los que creen en el pluralismo democrático a los otros,  que están implacablemente resueltos a establecer una versión sunita de teocracia cercana al estilo Iraní .

A pesar de que ha entrevistado a varios de los hermanos, el libro no es fuerte en personalidades o hechos. Tampoco transmite una idea sobre la clase de conservadurismo social que, por ejemplo, recientemente haya llevado a las aerolíneas Air Egipto a revisar (censurar) su oferta de entretenimiento en vuelo,  después de que un político de la Hermandad recriminó acerca de las películas que pasaban en los vuelos de negocios en que se mostraban escenas negativas sobre mujeres amas de casa.

En el libro, la autora da anodina cuenta de los años de tribulación que sin duda dieron a la Hermandad la credibilidad y las extraordinarias habilidades de supervivencia que la llevaron al poder. Se lee acerca de un gran número de activistas detenidos y encarcelados durante décadas, pero nunca como este hecho (más el uso sistemático de la tortura) podría haber influido en la forma en que la Hermandad opera.

Hay poca discusión sobre la relación de la hermandad con grupos terroristas islámicos, pues para Egipto, la violencia no fue una vía. Tampoco se discuten las tentaciones y traiciones que siguieron cuando Sadat, en particular, viró de dirección hacia el conservadurismo social. No podemos enterarnos de dónde viene el dinero para la Hermandad, sin embargo esta claramente muy bien dotada, y no existen exploraciones de cómo la Hermandad encara las necesidades sociales y el bienestar de los egipcios más pobres: ¿son ellos como los pobres Victorianos que cantaban himnos y distribuían folletos, antes de volver a sus reprobadas formas de actuar? El poder de movilización del antisemitismo está totalmente ausente, lo cual es extraño dado la fría paz de los viejos regimenes para con Israel.

Por el contrario, Wickham es muy buena en la organización de la Hermandad, incluyendo su infiltración en los colegios profesionales y sindicatos de estudiantes, donde sigue siendo antidemocrática (y dominado por un consejo de oscura orientación ), incluso a pesar que los de postura democrática parecen ampliar su apoyo. Al igual que en el Partido Comunista Soviético, los candidatos tienen que pasar por muchas pruebas y ciclos para convertirse en miembros de pleno funcionamiento, tiempo durante el cual su comportamiento es sometido a escrutinio del grupo. Esto significa también que cuando los miembros lo abandonan, se alejarán de lo que efectivamente se convirtió para ellos en una forma de inmersión de la vida: "Tus amigos te boicotearan. Ellos ni siquiera te dirán hola si te encuentran en la calle. Las amigas de la esposa, que son por lo general esposas de los Hermanos Musulmanes, también la boicotearan a ella. " La organización funciona como una gerontocracia, y la división de opiniones se condena por promover  “conflicto” y “caos”, que en la práctica han producido grandes desacuerdos en las tácticas y la estrategia. En otras palabras, la Hermandad está más cerca de ser  una organización culturalmente más totalitaria que a los demócratas cristianos en Europa de antaño con los que algunos idealistas occidentales podrían compararlos. Eso es lo que preocupa a la oposición secular, al dividido e ineficaz Frente de Salvación Nacional.

Tal vez el principal problema de la Hermandad es que no es igual a la magnitud de los problemas que enfrenta Egipto: flagrante desigualdad social, una tasa de desempleo del 13%, dependencia de combustibles importados y fuertemente subsidiados, y con un crecimiento demográfico que se traducirá en el 2030 en 115 millones de habitantes hacinados en un área fértil del tamaño de Holanda.

A pesar de que toda la industria del turismo se ha derrumbado, los nuevos gobernantes de Egipto están preocupados acerca de la posibilidad de introducir barreras de género en piscinas o pisos separados para hombres y mujeres en los hoteles, siguiendo la ley Sharia.

Mientras tanto, los inversionistas extranjeros buscan climas más agradables para su dinero, y desde que Morsi no se atreve a reducir los subsidios a los combustibles, el FMI anuncia más fuego con un préstamo mayor. Esto probablemente no va a terminar bien, ni para la Hermandad ni para cualquier otra persona, a pesar de la realidad de que este gobierno islamista podría haberle  aspirado todo el oxígeno al terrorismo del estilo de al-Qaeda.




[1] Michael Burleigh´s es un conocido escritor. Su más reciente libro es Guerra Pequeñas “Small Wars”, Faraway Places.  

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