Time: Una mujer pasa junto a dos policías enTiananme, Beijing |
Tomado del Time
World China
Por Hannah Beech/Beijing
Traducción Jorge Contreras
“Ingresos
y promoción desiguales
hace
que funcionarias del gobierno Chino
opten
por practicas corruptas”
En el burocrático mundo Chino, no son solamente los hombres
quienes saquean las arcas del gobierno y están envueltos
en escándalos de sexo. Según un reciente informe publicado en el Beijing
News, 12 mujeres chinas funcionarias del gobierno e investigadas por corrupción
en el primer semestre de este año, son responsables del gasto
y derroches en 251
“carteras de fino diseño” y 665,000 dólares en costosos tratamientos y cirugías
de salón. Entre las funcionarias
se incluye a una ex inspectora de la Cruz Roja de Sichuan y a las vice
alcaldesas de las ciudades de
Yichang y Nantong.
El diario Beijing News público las fotos de las funcionarias
bajo investigación, con desalentadores titulares sobre la apariencia que
muestran. Titulares en línea como "Con la apariencia que presentan bien
pueden seguir utilizando sus atractivos para conseguir más poder?", y
comparando esta situación con el caso en que funcionarios hombres fueran los
juzgados, resaltan que estos últimos saldrían muy mal parados de ser el caso. Los
comentarios periodísticos suenan inusuales en este país en donde los avisos de
empleo para secretarias especifican la edad de las candidatas, ("solamente de veinte años ") y hasta demandan
algunos requisitos de belleza ("solo para aquellas que tengan la cara en
forma de huevo de ganso").
A pesar de la famosa opinión del otrora Presidente Mao quien
afirmara que “las mujeres sostienen la mitad del cielo”, en la realidad, la
igualdad socialista es muy difícil de alcanzar en las jerarquías del gobierno. En
China, ninguna mujer ha llegado a la Comisión Permanente del Politburó. Entre los
25 miembros del Politburó, sólo hay un par de mujeres. A pesar del hecho de que
las mujeres chinas son cada vez más educadas, las cuotas de participación
política de las mujeres no se cumplen. Notables mujeres chinas como Jiang Qing,
la esposa de Mao, que ayudara a orquestar la Revolución Cultural, y Gu Kailai,
la asesina esposa de Bo Xilai, son vistas como influencias que precipitaron la
caída de sus poderosos maridos. El precursor de este estereotipo es la
emperatriz viuda Cixi, cuyo reinado en la decadencia de la dinastía Qing contribuyó
a cimentar la tradición en china sobre los peligros de un imperio, en manos de
una mujer.
Sin embargo, en la actualidad, la necesidad de ganarse la
confianza del público, ha hecho que hoy en día las mujeres chinas muestren
similar o mejor laboriosidad que sus colegas masculinos. Situación que ha
puesto en evidencia el diario Beijing News en cuanto al testimonio en la
Fiscalía Suprema del Pueblo en que se encontró un incremento del 33% de
trabajadoras gubernamentales femeninas, en el año 2013 en comparación al 2009.
En su informe, Yang Jing, representante de la Fiscalía Popular Suprema para la prevención del crimen
escribe:
Con el fin de lograr buenos resultados en el trabajo, las
mujeres a menudo prestan un mayor esfuerzo que el que los hombres dan. Sin
embargo, cuando ellas ven que sus esfuerzos y contribuciones no coinciden con
sus pagos y que no tienen esperanza de una promoción profesional, muchas de
ellas pierden su equilibrio psicológico. Y a continuación, comienzan a utilizar
su poder para obtener beneficios. O bien usan su poder para ayudar a otros a
obtener beneficios o cooperan con los funcionarios públicos de sexo masculino y
se convierten en sus cómplices en las practicas corruptas relacionadas al trabajo.
El análisis de Yang termina con un pensamiento sobre “Marte y Venus” como tratando de dejar
una enseñanza:
“Los varones poseen el poder
y quieren tener sexo, por ello utilizan su poder para comerciar por sexo. Las
mujeres en cambio emplean el sexo para ganar poder y luego lo usan para la
corrupción.”
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