Crédito de la Imagen: Centro Medico de la Universidad de Pittsburgh |
Tomado del New
York Times
Por KATE MURPHY
Traducción Jorge Contreras
En la imagen, en una simulación, los médicos en Pittsburgh practican un
procedimiento que consiste en drenar
la sangre del paciente y sustituirla por agua salada fría.
PITTSBURGH - Los pacientes con trauma que llegan a una sala
de emergencia aquí después de recibir un disparo de arma de fuego o una herida
con cuchillo, podrían encontrarse pasando por un experimento médico
sorprendente.
Los cirujanos le drenaran la sangre y la reemplazaran con
agua salada congelada. Sin ritmo cardíaco ni actividad cerebral, los pacientes
estarían clínicamente muertos. Y los cirujanos
podrían tratar de salvarles la
vida.
Investigadores del Centro Medico de la Universidad de
Pittsburg han iniciado un ensayo clínico que toca los límites de la cirugía
convencional y para algunos, la ética médica.
Mediante la inducción de hipotermia
y la desaceleración del metabolismo en pacientes moribundos, los médicos
consideran que dispondrán de
tiempo valioso para curarles las heridas a estas víctimas.
Los científicos nunca han intentado algo parecido en seres
humanos, y los pacientes inconscientes, no serían capaces de dar su
consentimiento para este procedimiento. De hecho, el centro médico esta
proporcionando pulseras gratuitas para los ciudadanos que no quieran participar
en estos procedimientos, en caso de que, de alguna manera llegaran a terminar
en la sala de emergencias
"Esto es algo que proviene de un ambiente de ciencia
ficción del tipo de “Star Wars'", dijo el Dr. Thomas M. Scalea, un
especialista en trauma en la Universidad de Maryland. "Si le hubiéramos
dicho a la gente que haríamos esto hace unos años atrás, ellos nos habrían
pedido que dejáramos de fumar lo que estábamos fumando, porque para cualquiera,
habríamos perdido claramente la razón."
A temperaturas normales del cuerpo, los cirujanos tienen
menos de cinco minutos para restablecer el flujo de sangre antes de que ocurra
daño cerebral.
Sumergido en un lago congelado o estando
de polizón en el orificio de la rueda de un jumbo jet a 38.000 pies, la
gente puede sobrevivir durante horas con poco o nada de oxígeno si sus cuerpos
se mantienen fríos. En la década de los 60s, los cirujanos en Siberia empezaron
a poner a los
bebés en bancos de nieve antes de proporcionarles cirugía cardiaca,
mientras mejoraban sus posibilidades de supervivencia.
Los pacientes pasan por una rutina de enfriamiento antes de
recibir los procedimientos quirúrgicos que implican detener el corazón. Sin
embargo, la llamada hipotermia terapéutica nunca se ha intentado en pacientes
afectados por una herida penetrante, y hasta hoy en día, nunca los médicos habían
tratado de reemplazar la sangre de estos pacientes en su totalidad con agua
salada fría.
En los ensayos, financiados por el Departamento de Defensa,
los médicos del centro medico de la Universidad de Pittsburgh desarrollaran el
procedimiento sólo con pacientes que llegan a la sala de urgencias con un
"traumatismo penetrante catastrófico" y que han perdido tanta sangre
que estén con paro cardiaco.
A temperaturas normales del cuerpo, los cirujanos tienen menos
de cinco minutos para restablecer el flujo de sangre antes de que ocurra el
daño cerebral.
Para el Dr. Samuel A. Tisherman, "En estas situaciones,
la posibilidad es que menos de uno de cada 10 sobreviva," y el objetivo de
la investigación es "Darle a las personas mayores probabilidades de
supervivencia."
El Dr. Tisherman y su equipo insertan una cánula (tubo) en la aorta del paciente, lavando
del sistema circulatorio con una solución salina fría hasta que la temperatura
corporal baje a 50 grados Fahrenheit. A medida que el paciente entra en una
especie de animación suspendida, sin signos vitales, los cirujanos tendrán tal
vez hasta una hora para repararle las lesiones antes de que ocurra el daño
cerebral.
Después de la operación, el equipo utilizará una máquina de
derivación corazón-pulmón con un intercambiador de calor para devolverle la sangre
al paciente. La sangre calentará el cuerpo poco a poco, lo que debería sortear
las lesiones que puedan ocurrir cuando el tejido es sometido a oxígeno luego de
un periodo de privación.
Si el procedimiento funciona, el corazón del paciente
seguirá latiendo cuando la temperatura corporal alcance entre 85 a 90 grados. Sin
embargo el recuperar la conciencia le podrá tomar varias horas o hasta días.
El Dr. Tisherman y sus colegas planean probar la técnica en
10 sujetos, luego revisaran los datos, consideraran cambios en su enfoque, e
inscribir a otros 10 más. Por cada paciente que pase la operación, habrá un control
y comparación.
El experimento se inició oficialmente en abril y los
cirujanos prevén que verán un
paciente calificado por mes.
Puede que el estudio tome un par de años. Citando la
naturaleza preliminar de la investigación, el Dr. Tisherman ha evitado declarar
si él y sus colegas ya han operado a algún paciente.
Cada vez que lo hagan, estarán entrando en un vacío
científico. Los especialistas en ética dicen que es razonable presumir que la
mayoría de gente quiere someterse al procedimiento experimental tomando en
cuenta que es una alternativa a una muerte casi segura. Pero nadie puede estar
seguro del resultado.
El Dr. Arthur L. Caplan, especialista en ética médica de la
Universidad de Nueva York, ha afirmado que "Si esto funciona, lo que se
habrá hecho es suspender a las personas en condiciones de muertas, para luego traerlas
de vuelta a la vida", agrega que "Hay un grave riesgo en el que
podrían dejar a la persona sin vida cognitiva, en un estado vegetativo."
Pero los investigadores de varias instituciones dicen que
han perfeccionado la técnica en cientos de perros y cerdos durante la última
década, y que ahora es conocida como la Preservación y Reanimación, de
Emergencia (PRE), en cirugías experimentales .
En los estudios, un 90 por ciento de los animales ha
sobrevivido, la mayoría sin deterioro cognitivo discernible, luego del
procedimiento, los perros y los cerdos recordaron viejos trucos y fueron capaces
de aprender otros nuevas.
El Dr. Hasan B. Alam, jefe de cirugía general del centro
medico de la Universidad de Michigan quien ha ayudado a perfeccionar la técnica
en cerdos, ha declarado que, "Desde un punto de vista científico, ahora
conocemos las tuercas y los tornillos y sabemos como funcionan".
"Es un poco inquietante si uno piensa en todas las
posibilidades que podrían suceder, pero siempre es lo mismo cada vez que uno
trata de cruzar nuevas fronteras". "Hay que mirar el riesgo y
equilibrarlo frente a los beneficios."
Según datos de los Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades, el traumatismo es la causa responsable de más años de vidas perdidas,
que el cáncer y las enfermedades al corazón juntas, y es la principal causa de
muerte en personas hasta los 44 años de edad. Los cirujanos están ansiosos de
nuevas técnicas que ayuden a mejorar las probabilidades de sobrevivir en
situaciones de emergencia. Los hombres de raza negra, son víctimas desproporcionadas
de homicidio, como resultado de la violencia con armas, y de acuerdo con
funcionarios del centro médico, la mayoría de pacientes susceptibles a
adaptarse a los criterios del estudio en Pittsburgh son varones afroamericanos.
Con el fin de obtener una exención a las normas
federales de consentimiento informado, el hospital celebró dos reuniones en
el municipio y en el campus universitario, colocó anuncios en los autobuses, y
se aseguró de que la noticia se publicara en los periódicos para acceso de todas
las minorías de lectores.
Funcionarios publicaron información sobre el estudio en un
sitio Web, acutecareresearch.org,
y llevaron a cabo una encuesta telefónica en los vecindarios y barrios en riesgo. Aún así, un taxista, el empleado
de una tienda y un guardia de seguridad, todos hombres afro-americanos se
acercaron al azar, y dijeron que
nunca habían oído hablar de la prueba, a pesar de que laboran en un radio de un
par de kilómetros del hospital.
Tampoco se opusieron. "No tengo problemas con el
procedimiento, si salva vidas", dijo Charles Miller, un guardia de
seguridad de 52 años de edad.
Según el centro médico, ha la fecha, sólo 14 personas han
solicitado pulseras "No EPR", en las que demandan no someterse al procedimiento.
Casi media docena de hospitales especializados en trauma
pueden inscribirse en el estudio y comenzar a probar el procedimiento de
hipotermia en pacientes terminales, incluyendo el centro medico de la Universidad
de Maryland, en Baltimore.
El Dr. Scalea, quien encabezará el esfuerzo allí, dijo que
espera recibir la aprobación regulatoria para fines de este año. El recordó una
víctima reciente de arma punzo cortante que murió en la mesa de operaciones. El Dr. Scalea declaró
"Él podría haber sobrevivido si hubiéramos podido enfriarlo.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario