Artículo Publicado el 23 de Setiembre del 2014 en el Blog
de Ángel
Páez
Por Jorge Contreras[1]
Luis Castañeda, el candidato a las elecciones municipales
de Lima acaba de ser incluido en el Proceso Electoral, sin embargo, a pesar de
contar con un sin número de seguidores, aún carga a cuestas los antecedentes
del caso “Comunicore”
en la que los “representantes en el papel” de esta empresa, creada y
administrada por su gente de confianza y entre los que se materializa una red
que involucra hasta “familiares”, se hizo acreedora de una deuda de la
Municipalidad del Lima del orden de 35 millones de soles (una cifra de deuda
pactada con la municipalidad a 10 años).
Comunicore compró la deuda pagando alrededor de 14 millones (un menor precio
por pago inmediato, sin intereses), y después se la vendió a la municipalidad por
el monto total de pago. Lo demás es conocido, la Municipalidad decidió pagarle la
deuda total a Comunicore y Coimunicore con esta operación se ganó una
diferencia del orden de 21 millones, cuyo destino final está en
investigación.
La Investigación de Ángel Páez Segunda Parte
El Expediente Comunicore – Garro
agarra con garra
Comunicore, la empresa de propiedad de Miguel Garro
Barrera que recibió 33.7 millones de soles de la Municipalidad de Lima, hacía
muchos años que no recibía un sol en sus cuentas bancarias.
“¿Cuál era el patrimonio y los activos de Comunicore
(antes de recibir el dinero del municipio)”, le preguntó la fiscal Fanny Quispe
Farfán a Miguel Garro, un limeño de Jesús María nacido el cinco de enero de
1967.
“En realidad, (Comunicore) no tenía nada. Había algunos
muebles viejos y computadoras muy antiguas, una central telefónica que no
tenía la tarjeta madre y un par de equipos de aire acondicionado y nada más”, contestó Garro sin pestañear.
tenía la tarjeta madre y un par de equipos de aire acondicionado y nada más”, contestó Garro sin pestañear.
Comunicore era un fantasma. Ni siquiera Garro recordaba
que la empresa alguna vez había existido. Porque, al fin y al cabo, Miguel
Garro tampoco aparece en Registros Públicos como dueño de Comunicore. Las
personas que están consignadas como accionistas y directores son testaferros
designados por él y él las manejaba personalmente.
“Precise si la empresa Comunicore tenía cuentas bancarias
y cuál era su estado financiero”, le pidió la fiscal a Garro que precisara.
“No creo que haya tenido (cuentas) porque prácticamente
no operaba, aunque de ello no estoy seguro. Tenía pérdidas. No recuerdo el
monto. Tampoco recuerdo el capital social”, contestó.
Durante la gestión de Luis Castañeda Lossio, la
municipalidad limeña transfirió a la fantasmal Comunicore de Miguel Garro un
total de 33.7 millones de soles a sus cuentas en el Banco Continental y en el
Banco de Crédito.
Luego Garro le pagó a Relima 12.4 millones de soles. Por
ese monto Comunicore le compró a la empresa de limpieza la deuda que tenía con
la municipalidad: 9.7 millones de soles le depositaron en el Banco Continental
y otros 12.6 millones en el Banco de Crédito del Perú. Del total de 22.3
millones de soles, Garro hizo una serie de operaciones. Por ejemplo, pagó 200
mil dólares a Odilón Amado Jr., y no 160 mil dólares, como declaró el brasileño
(ver la nota anterior).
Para evitar que las autoridades siguieran el destino
final de los 12.4 millones que Comunicore recibió de la Municipalidad de Lima
durante la administración de Castañeda, Miguel Garro expidió 47 cheques por un
total de 9.7 millones de soles; otros 36 cheques por 2.7 millones de soles;
además de ocho cheques por 1 millón 132 mil 450 dólares y otros ocho cheques
por 1 millón 175 mil 400 dólares. La suma de los 99 cheques da como resultado
17 millones 684 mil 976 soles.
Como reveló el reportero Daniel Yovera Soto, los cheques
fueron extendidos a personas de bajos recursos que hicieron los cobros a cambio
de un mínimo porcentaje. El efectivo total del lavado del dinero terminó en
manos de Miguel Garro. El dueño de Comunicore ha confesado solo el pago de una
comisión de 200 mil dólares a Odilón Amado Jr., pero es notorio que además del
brasileño de Relima, necesariamente debió contar el concurso de funcionarios de
la Municipalidad de Lima.
¿Qué hizo Garro con los 17.6 millones de soles que
recibió del concejo limeño en el periodo de Castañeda?
Cuando la fiscal Fanny Quispe le preguntó sobre el
destino del dinero, Garro alegó que luego de “gastos varios”, dirigió su
ganancia a su red de compañías.
“Se pagó a estudios tributaristas, proveedores de
servicios de Comunicore, estudios de abogados que intervinieron en la
operación, sueldos… Operaciones de mis empresas que ascendieron a unos seis
millones de soles”, explicó.
Para que funcionara el esquema fraudulento Garro
necesitaba la ayuda de cómplices en Relima y en la Municipalidad de Lima. Por las
confesiones de Odilón Amado Jr., sabemos que el brasileño fue el contacto en la
compañía de limpieza. ¿Y en el municipio? Que lo diga el propio Garro, el
financiero con garra.
“Indique el nombre de los funcionarios de la
Municipalidad Metropolitana de Lima que tuvieron participación en la
determinación del monto de lo adeudado a la empresa Vega Upacá (Relima)”, le
preguntó la fiscal.
“Vía documentación participó Juan Blest (García) en su
calidad de Gerente de Finanzas. Esa era la única área que veía facturas y
cuentas por pagar”, contestó, algo evasivo, Miguel Garro, así que la fiscal
persistió.
“Indique si hubo reuniones con el señor Juan Blest para
la determinación del monto de lo adeudado”, indagó la fiscal Fanny Quispe.
“Al inicio, en marzo de 2005 hubo una reunión en la que
Juan Blest mencionó que nos podían pagar en el primer trimestre de 2006. Luego
las comunicaciones fueron mediante documentos”, respondió.
Después a Garro se le refrescó la memoria y recordó que
no fue solo un encuentro con Blest: “Por mi lado tuve reuniones con Juan Blest,
quien entonces era el director de Finanzas”.
De modo que las negociaciones directas fueron con Juan
Blest García. El gerente de Finanzas del municipio y hombre de confianza de
Castañeda fue quien decidió pagar de un plumazo la deuda a Relima –que cobraría
Comunicore- lo que en un principio estaba planeado que sería en 10 años.
Miguel Garro no dejó dudas sobre el papel protagónico de
Blest.
“Indique el nombre de los funcionarios de la
Municipalidad de Lima con los que se negoció o coordinó el cronograma de pagos
a favor de la empresa Vega Upacá (Relima)”, interrogó la fiscal Quispe.
“A quien se le enviaban las cartas era a Juan Blest, que
ejercía el cargo de Gerente de Finanzas de la Municipalidad de Lima”, dijo
Garro.
Además del contacto directo con el gerente general de
Relima, el brasileño Odilón Amado Jr., Juan Blest negociaba con el gerente
Financiero de la misma empresa, Miguel Garro, quien también era el propietario
de Comunicore. Por esto todo salió tan fácil y rápido.
Preguntado por Juan Blest García, Luis Castañeda Lossio
contestó a la fiscalía: “Es un profesional idóneo”.
LA DECLARACIÓN COMPLETA DE GARRO
[1] Jorge A. Contreras Rios, DNI 09582230, ICAC Nº 897, administrador,
licenciado de las fuerzas armadas, abogado, magíster en ciencias militares,
magíster en derecho penal, estudios de doctorado en derecho penal.
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