Artículo publicado por Natalia Guerrero [1]
Si usted ha visitado las ciudades del Caribe colombiano se
habrá cruzado alguna vez con el tradicional ‘sombrero vueltiao’, un elemento
artesanal tan arraigado dentro de la cultura de Colombia que lo usan
presidentes, cantantes, deportistas y gente de todas las clases sociales en los
más variados escenarios con sello colombiano.
Pues bien, esta
semana surgió en Colombia una intensa polémica por cuenta de la invasión de
imitaciones plásticas del sombrero vueltiao, fabricadas en China.
Muchos vendedores
aprovecharon la temporada alta para colmar playas y calles de ciudades como
Cartagena, Santa Marta y Barranquilla con sombreros vueltiaos ‘Made in China’,
a los cuales les fueron reemplazadas las marquillas con unas nuevas que indican
que el producto fue hecho en Colombia.
Los tradicionales
tejedores artesanales de la zona indígena de Tuchín y San Andrés de Sotavento,
en el departamento de Córdoba -de donde es original el sombrero vueltiao-
alertaron a las autoridades y a los medios de comunicación por la situación de
desventaja económica que resultó de la competencia con las maquilas chinas.
Mientras que en
cualquier mercado artesanal o en la calle es posible comprar una réplica china
por US$7, un sombrero vueltiao original, tejido por las familias del resguardo
indígena Zenú, tiene un costo en el mercado de entre US$30 y US$800, según la
complejidad de su tejido.
Sergio
Díaz-Granados, ministro de Comercio Exterior, aseguró en entrevistas a varios
medios de comunicación locales que importaciones de este tipo son
desafortunadas para el país por atentar contra el patrimonio y la propiedad intelectual
de los artesanos, y anunció la prohibición de la comercialización de cualquiera
de las imitaciones extranjeras de estos sombreros.
“Las imitaciones chinas, en general,
son igualiticas a las originales.
Hay que ser muy conocedor de las artesanías
para diferenciar algunas de las
piezas"
Bibiana Alarcón,
investigadora de la Universidad
Nacional de Colombia
En el caso
específico del sombrero vueltiao, se han tomado varias medidas para protegerlo.
En 2004 fue declarado Símbolo Cultural de la Nación y en 2011 se creó su
Denominación de Origen, que es un mecanismo que protege a los artesanos contra
falsificaciones o plagios de su producto. La denominación reconoce la
exclusividad de la pieza en su medio geográfico.
Granados también
anunció una reunión en el departamento de Córdoba la próxima semana para poder
evaluar el impacto ecónomico real de las imitaciones en la economía de los
tejedores.
Según la Dirección
Nacional de Impuestos y Aduanas Nacionales, DIAN, a octubre de 2012 habían
ingresado al país 944.081 sombreros vueltiaos chinos, producidos a US$0,55
centavos por unidad, mientras que en Colombia la elaboración del sombrero más
sencillo puede costar US$20.
Más allá del sombrero vueltiao
Bibiana Alarcón,
investigadora del Centro de extensión académica de la Facultad de Artes de la
Universidad Nacional de Colombia, que ha acompañado artesanos en proyectos de
vida, le dijo a BBC Mundo que este no es un problema nuevo. Asegura que desde
hace varios años se han visto otras intrusiones en la industria artesanal
colombiana provenientes de China.
"No hay una
restricción ni un control sólido a la entrada de los chinos. Está pasando en
todo el sector artesanal. Por ejemplo, la industria de la marroquinería del
país, que era una industria artesanal organizada, está quebrada porque todo lo
que traen es chino. Un par de zapatos de cuero hecho en china cuesta US$3, un
par del mismo zapato hecho en Colombia por un artesano cuesta US$20, es
imposible competir".
"Las
imitaciones chinas, en general, son igualiticas a las originales. Hay que ser
muy conocedor de las artesanías para diferenciar las piezas", agregó.
Alarcón opina que el
perfil del artesano ha tendido a cambiar hacia comercializadores que explotan
la imagen de la artesanía pero que no son artesanos de oficio ni de tradición.
El debate en torno a
la protección del sombrero vueltiao también generó un rápido voz a voz de
indignación nacional, con alta presencia en las redes sociales.
En twitter se
crearon hashtags como #NoAlSombreroVueltiaoCHINO e igualmente surgieron nuevos
grupos en Facebook para defender, a capa y espada, un símbolo cultural que da
la impresión de ser tan importante en Colombia como la bandera de la nación.
Lo que no se sabe es
si del fervor en torno al sombrero vueltiao surja como resultado un marco legal
de protección a la propiedad intelectual y de importación para el resto de los
artesanos colombianos.
Sin duda una
experiencia de la que debemos aprender.
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