Por Jorge Contreras[1]
Negarle la “legitimidad a los resultados electorales” es no
reconocer una realidad tan clara como el "modelo de gobierno" que nos
está llevando a estos resultados.
El resultado de las elecciones refleja una Política de
Gobierno cuyo resultado es un
centralismo que acoge al que "roba pero hace obra" acompañado
de gobiernos regionales de "similares características". Los resultados nos muestran que la
permisividad jurídica, la ausencia de autoridad, las soluciones populistas, a
algunos les parece el resultado de un desgobierno, y a otros el producto de una
planificación disimulada hacia un socialismo a la Chávez. Lo real es que,
mientras algunos piensan que el peligro es la reelección
presidencial, la democracia se está diluyendo y llevándonos a una confrontación mayor.
Alguien ha comentado que este gobierno es torpe, y que sus
torpezas son tan exactas y tan
bien estructuradas que están favoreciendo a los
que quieren desmontar el modelo que existe. Los entendidos aseguran que en esta
parte del mundo, la hipótesis del modelo socialista se compone de dos acciones:
"un desmontaje paulatino y una polarización rápida", que eso se estaría dándose acá. Que va acompañada de la mediatización del
poder militar, del fracaso de proyectos, economía incluida, de la ausencia de producción
y de autosostenimiento, y que todo ello da paso a un "empoderamiento de la
política". Lo cierto es que para el común de los peruanos lo que
presenciamos es el continuismo histórico de un Imperio Inca que continua su fragmentación
ahora camino hacia el derrumbe, y al que estamos llegando con abismales puntos
de vista de diferencia entre los sectores peruanos,
Debemos reconocer que todo puede ser el resultado de un
Estado disfuncional, de una clase política sin concepción de estado, tan
informal que nos muestra que puede estar con Dios y con el diablo, a una descentralización ineficaz e ineficiente y que todo ellos está dando lugar al fenómeno anarquista.
En
ese contexto, ha surgido la informalidad. Informalidad que queremos corregir
con estándares de otros países que con nuestros escasos recursos no podemos soportar. La educación es tal que
cada quien vive su propia telenovela. En estas elecciones, presenciamos las
grandes diferencias, mientras en Lima algunos candidatos proponían jardines y monorrieles en municipios, en nuestros municipios aislados de la selva los
pobladores buscan protección en los países fronterizos ante la ausencia del
estado".
No solo no nos damos cuenta de la informalidad, sino que pensamos que el Perú solo esta
donde pisamos. Pronto entenderemos que esta manera de pensar ni sirve, ni nos
va salvar.
Seguiremos con el Centralismo a medias?, continuaremos
con los procesos incompletos e incompetentes?. El Perú aun tiene opción en la confrontación
de ideas, antes que una confrontación revolucionaria. Por lo pronto un buen
paso sería comenzar a enderezarnos por el bien de todos....
[1] Jorge
A. Contreras Rios, DNI 09582230, ICAC Nº 897, administrador, licenciado de las
fuerzas armadas, abogado, magíster en ciencias militares, magíster en derecho
penal, estudios de doctorado en derecho penal.
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