Por Jorge Contreras[1]
La Jefatura de la Policía
de la Provincia de Buenos Aires intervino a la Comisaría 10ª de Lomas
de Zamora, que tiene jurisdicción en la localidad de Ingeniero Budge y en la
feria La Salada, ubicada al lado del
Puente La Noria.
La Intervención...
Según informaron fuentes de la fuerza, en la noche del
martes se registró un allanamiento en la comisaría, en donde se encontraron
"serias irregularidades". El allanamiento estuvo a
cargo de la Unidad
Funcional de Instrucción (UFI) 21 a cargo del fiscal Marcelo Domínguez, en
colaboración con la Policía de Narcotráfico y la dirección de Asuntos Internos
de la Policía bonaerense. El fiscal que instruye la causa sostuvo que la causa
es "coacción, falsedad ideológica y privación ilegítima de la
libertad".
La investigación comenzó cuando el personal de la
comisaría realizó dos operativos antidrogas en el barrio de Villa Lamadrid, en
Lomas de Zamora. De acuerdo a la investigación, los uniformados habrían llevado
a cabo estos procedimientos si respetar los debidos pasos, incluso se sospecha
que ingresaron a domicilios particulares sin tener orden de allanamiento de un
juez. También se determinó que droga había sido colocada por los propios
efectivos policiales durante los procedimientos. En tanto, se estableció que un
testigo fue amenazado por los ahora detenidos para que firmara las actas de los
allanamientos ilegales. Por su parte, la División de Asuntos Internos de la
Policía inició procesos sumarios a los detenidos y destituyó a Javier Ascasibar
jefe de la seccional.
Detalles del caso por “Cosecha Roja”[2]
Dos peruanos Yarim Montero y Giovanna Arroyo cosían ropa
para La Salada y vendían gaseosa y cerveza por la ventana en su casa del Barrio
Olimpo. Los policías de la Comisaría 10 de Ingeniero Budge les cobraban una
cuota fija para dejarlos trabajar. Si no
pagaban, la amenaza era denunciar que tenían un taller clandestino y un
comercio, y deportarlos porque no tenían documentos. En marzo de 2013 la pareja
no quiso pagar más y los
policías allanaron la casa sin orden judicial, les plantaron dos kilos de
cocaína y los detuvieron. Pero el caso se dio vuelta: la justicia condenó
ayer a tres suboficiales y dos principales a 4 años de prisión y 8 de
inhabilitación por haberles armado la causa.
Nos llevaron en un patrullero esposados a mi señora,
embarazada de cinco meses, y a mí. Nos trasladaron con mi hijo. Todos a la
Comisaría de Budge. Allí estaban los testigos del operativo que hacían chistes
y tenían un tono amistoso con los policías”, contó Yarim durante el juicio. El
5 de marzo amanecieron detenidos y declararon ante el fiscal de instrucción
Marcelo Domínguez, titular de la Unidad Fiscal 21.
El juicio estuvo a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal
9 de Lomas de Zamora y la fiscal Marina Rocovich. Durante las dos semanas de
debate oral se demostró que el procedimiento de la comisaría era corriente: los
policías juntaban droga de los operativos y luego la guardaban para cuando
necesitaran plantarla. Mientras tanto, amenazaban y extorsionaban. Los vecinos
de la zona declararon que recaudar era su especialidad: “Vivian de dos o tres
detenidos que iban cambiando”,
“¿Qué es esto, peruano?”, le preguntó aquel día un
policía a Yarim mientras le mostraba la droga. “Es tuyo”, agregó otro oficial.
“Nosotros habíamos sufrido dos pedidos de plata de parte de la Policía en los
meses anteriores. Cuando estos agentes llegaron mi mujer les gritó que no les
iba a dar más plata. Por eso creo que pusieron la droga”, contó Yarim.
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