Por Jorge Contreras[1]
Desde Génova, la oficina de epidemias y enfermedades pandémicas
de la Organización Mundial de la Salud
publicó en agosto del 2014, el Interim
ver 1.2, documento con medidas de prevención, alerta, control y evaluación
de enfermedades epidémicas por virus como el Ébola y el Marbug para la zona desértico
occidental de África. En Perú, recientemente en octubre, la Resolución
Ministerial 763-2014/MINSA, establece el
plan nacional de preparación y respuesta de Salud, frente a la posible introducción
del virus Ébola en territorio Peruano. Las medidas emitidas satisfacen las
necesidades primarias desde el punto de vista de salud y podrían adolecer de un
carácter multidisciplinario e intersectorial si la epidemia avanzara. Por ello
comentamos nuestra observación basada en los pasos de otros países.
Los preparativos básicos....
La organización y distribución previa a una fase
preventiva y de observación constituye la
parte más importante de la atención
primaria ante la presencia de casos en territorio nacional. Claro está que de
agravarse esta situación, se requerirá de una organización adecuada, mayor número
de personal de salud, y la colaboración en la organización desde otros
sectores, para facilitar la administración adecuada de zonas de tratamiento y a
la vez continuar las actividades normales.
Pasos avanzados....
Los Estados Unidos, acaban de nombrar un zar
político - legal para atender la situación, creemos probablemente a nivel
continental, para hacer frente a los descargos y actividades necesarias que
demanda esta actividad, mientras que participa
con una fuerza militar en apoyo de las zonas afectadas con el virus.
Estados Unidos, al disponer de personal militar entrenado y equipado para este
tipo de emergencias, y adelantar una fuerza militar al África, colaborará con el
tratamiento de salud, apoyará el esfuerzo de investigación, estaría en primera
fila para obtener una solución a la epidemia ante los apremios del tiempo, y
comprendemos que adquirirá una experiencia invalorable para organizar a nivel
continental el territorio, en el terrible caso, que la proliferación avance y continúe
en aumento, sin conseguir una vacuna o
un medicamento para contrarrestar el avance de la epidemia.
El caso de Cuba, es similar, sin necesidad de un a autoridad
responsable a nivel nacional, toda vez que el gobierno deviene de una
organización autoritaria y vertical, que envió 165 trabajadores de salud a
inicios del mes, que podría complementarse con otros 300 trabajadores de salud
anunciados, les proporcionaría similares ventajas a las norteamericanas. Claro está
que a su modo de ver, a la vez que muestran su intención de ayuda, como lo han
hecho saber en su artículo
“Time of Duty” también son conscientes de un peligro a futuro y es probable
sea el tema principal de la reunión de los países
del ALBA planteada a celebrarse en la Habana este 20 de octubre.
Paso siguiente, organizado y preparado...
Si bien desde Cuba y Venezuela nos llega un contexto político
de la situación del Ébola, como una hipótesis
de guerra
con una gran epidemia en la historia de la humanidad que podría dar lugar a
una suerte de control social y
demográfico de la población, en lugares con
importantes riquezas naturales, que pudieran justificar “intervenciones
especiales” llamadas “humanitarias”, y que estas puedan representar un gran
negocio para la industria armamentista, la farmacéutica y la biotecnología,
consideramos concretamente, que los peruanos y nuestras autoridades, debemos
estar organizados y preparados para un paso más allá, como lo demanda la
actual situación de esta amenaza epidémica.
[1] Jorge
A. Contreras Ríos, DNI 09582230, ICAC Nº 897, administrador, licenciado de las
fuerzas armadas, abogado, magíster en ciencias militares, magíster en derecho
penal, estudios de doctorado en derecho penal.
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