Algunos se preguntaran porque ahora, a alguien se le ocurre
traer a la memoria el recuento de
hechos históricos como la Batalla de Huamachuco y el reciente conflicto suscitado alrededor del proyecto minero Conga.
Pues muy sencillo para mí, es el hacerles llegar mi
explicación, una razón verdadera que perdura con los años y que los políticos y
ciudadanos peruanos deberían haber corregido hace mucho para evitar la sentencia
de la conocida frase “Quien olvida su historia esta condenado a volverla a
vivir”.
Sin tratar de resaltar que ambos conflictos ocurren en
Julio, en días como estos, con una diferencia de casi 129 años, que uno
significó el final de la “Campaña de la Breña” y el otro “ la aprobación de un
proyecto minero”, me refiero al análisis del por qué todos perdimos en la batalla y ahora.
En Huamachuco….
Al terminar la
batalla, un corresponsal extranjero le pregunto a un oficial del bando enemigo:
¿Puede decirme como un pequeño país como el suyo, con menos población y recursos le ganó al Perú y Bolivia?
¿Puede decirme como un pequeño país como el suyo, con menos población y recursos le ganó al Perú y Bolivia?
Entonces para darle
una respuesta, lo llevó a un hospital donde había algunos heridos peruanos y
delante de el, le preguntó a un
primer soldado:
¿Usted por qué
peleó esta guerra? Y la respuesta
fue:
- Por mi general
Iglesias.
Hizo la misma
pregunta a un segundo soldado y la respuesta fue:
- Por mi general
Cáceres.
Preguntó a un
tercero y nuevamente la respuesta fue:
- Por Piérola.
Luego llevó a donde
estaban los heridos chilenos y preguntó lo mismo a uno solo, y la respuesta
fue:
- Por Chile, mi
patria.
Deducimos que la
culpa fue de los propios peruanos. Nuestro país carecía de fusiles, cañones, barcos, y adolecía de algo más
importante: “Unidad Nacional”.
En 1883…
¿Qué hacía la gente importante de nuestra sociedad?
Mientras la mayoría indígena del Ejército Peruano peleaba en los campos de
batalla. Los políticos se
disputaban la presidencia. Los
terratenientes y latifundistas cuidaban sus propiedades incluso colaborando con
enemigos en el “repase” de soldados indígenas peruanos.
Los comerciantes protegían sus negocios , y los que
pudieron su fueron al extranjero.
Oficiales peruanos nos deshonraron como el caso de Miguel Iglesias, o huían
como Lizardo Montero dejando en Arequipa 8 mil fusiles, dos millones de balas,
caballos, entre otras cosas que hubiera servido para Cáceres. Algunas damas de sociedad tomaban te,
mientras las mujeres indígenas enterraban a sus esposos.
Hoy en el 2012,
¿Qué hacemos los Peruanos?
Exactamente lo mismo.
¿Que debemos hacer?
Necesitamos unirnos,
respetar nuestra palabra, seguir la elección mayoritaria, a nuestro estado, a
nuestro gobierno, a nuestras leyes, y reconocer nuestros errores.
Aquellos que no gustan de ello, pueden irse, nadie se molestara por ellos.
Jorge Contreras
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