Detrás del Papa Benedicto XVI hay un porfolio de propiedades
Fotografía de: Alessandra Benedetti/Corbis
Este artículo publicado en el diario El Guardián muestra el
poder, la actividad de interés económico de la iglesia, y el origen del dinero.
Sin lugar a duda, un tema que despertará más de un comentario por su
trascendencia y efectos.
Por David Leigh, Jean François Tanda y Jessica Benhamou
Diario El Guardián, Lunes 21 de Enero 2013
El papado utiliza las
ventajas de paraísos fiscales
para manejar una
cartera internacional de
500 millones de libras
esterlinas,
con propiedades en el
Reino Unido, Francia y Suiza
Son pocos los turistas de paso por Londres que podrían
imaginarse que firmas como Bulgari, o el mercado de joyería de lujo de la Calle
New Bond, o la ostentosa sede general
del banco de inversión Altium Capital, en la esquina de la Plaza de San Jaime y
la Pall Mall, tienen algo que ver con el Papa.
Pero estos bloques de oficinas y tiendas, ubicadas en uno de
los barrios más caros de Londres, son parte de un sorprendente imperio comercial
secreto de propiedad del Vaticano.
Detrás de una bien encubierta sociedad y fuera del alcance
de las demandas del fisco, la cartera internacional de la iglesia, ha crecido a lo largo de los años, empleando
dinero en efectivo recibido de Mussolini, que este entregara a cambio del
reconocimiento papal de su régimen fascista italiano en 1929.
Desde ese entonces, el valor internacional del dinero del
Vaticano recibido de Mussolini ha superado los 500 millones de libras
esterlinas. En el 2006, en el punto más alto de la reciente crisis
inmobiliaria, el Vaticano gastó 15 millones de libras esterlinas de esos fondos
para comprar 30 cuadras en la zona de San Jaime. También otras propiedades en
el Reino Unido, en el 168 de la Calle New Bond y en la ciudad de Coventry. Así
como bloques de apartamentos en París y Suiza.
Para algunos lo sorprendente es como el Vaticano ha preservado
el secreto de los millones de Mussolini. El edificio de oficinas de la Plaza de
San Jaime fue comprado por Grolux Investments Ltda., una compañía británica que
también adquirió las otras propiedades en el Reino Unido. En los registros en la
sede de esta compañía no se revela ni al real propietario, ni se menciona al
Vaticano.
En su lugar, se mantiene una lista de dos accionistas, ambos
prominentes banqueros católicos: John Varley, recientemente nombrado director ejecutivo
del Banco “Barclays”, y Robin Herbert, ex miembro del banco de comercio “Leopold
Joseph”. Cartas enviadas por el
Diario El Guardián a cada uno de ellos, preguntándoles a quien representaban,
no fueron respondidas. La Ley de Sociedades Británicas permite la reserva del
propietario real y su representación por accionistas.
John Jenkins, el secretario de la empresa, también contador,
tampoco hizo comentario alguno. Él solo informó que la empresa era propiedad de
un fideicomiso, a quien rechazó identificar por razones de confidencialidad. Después
de recibir instrucciones, su respuesta fue: "Les confirmo que no estoy
autorizado por mi cliente a proporcionar información".
Sin embargo, la investigación en archivos antiguos, revelaría
parte de la verdad. Los archivos de la empresa revelan que Grolux Investments heredó su cartera de propiedades después
de una reorganización en 1999 a partir de dos compañías británicas predecesoras
llamadas “Grolux Ltda.” y “Bienes Cheylesmore”. Las acciones de estas empresas se
mantenían a su vez en el Banco JP Morgan en Nueva York., y sus últimos controles fueron llevados
a cabo por la empresa suiza, Profima S.A.
Registros británicos de la guerra en los Archivos Nacionales
en Kew completan el panorama. Confirman que Profima SA es la sociedad a cargo
de la cartera del Vaticano, acusada en esos tiempos de "participar en
actividades contrarias a los intereses de las fuerzas aliadas". Los
archivos oficiales británicos en el Ministerio dedicado a la Economía de la Guerra,
al final de la guerra, criticaban a Bernardino Nogara, agente financiero del Papa, quien estuvo a
cargo de la inversión de más de 50 millones de libras esterlinas en efectivo proveniente de ingresos
extraordinarios de Mussolini.
Según los Británicos, las "actividades a la
sombra" de Nogara se hicieron visibles luego que fuera interceptado un
cable enviado en 1945 entre el Vaticano y un contacto en Ginebra, en este
cable, según los británicos, se discutía la situación de la empresa Profima, y
el que no estaba en la lista negra. "Nogara, un abogado romano, agente
financiero del Vaticano y Profima SA en Lausana la compañía Suiza que mantenía
los intereses del Vaticano".
En ese tiempo, se interpretó que Nogara trataba de transferir
las acciones de dos propiedades francesas del Vaticano a la empresa suiza, para
así evitar que el gobierno francés las considere en la lista negra como bienes pertenecientes
al enemigo que debían ser confiscados.
Al principio de la guerra, en 1943, los británicos acusaron
a Nogara de "trabajos sucios" similares, al trasladar acciones de bancos
italianos a las manos de Profima con el fin de "blanquear capitales"
y presentar el banco Profima como una entidad controlada por capitales neutrales suizos. Esto fue descrito
como una "manipulación" financiera del Vaticano con la intención de servir
a "fines políticos" ajenos.
El dinero de Mussolini fue dramáticamente importante para
las finanzas del Vaticano. John Pollard, historiador de Cambridge, dice con
respecto al dinero y el surgimiento del papado
moderno: "El papado estaba financieramente asegurado Nunca más sería
pobre".
Desde el principio, Nogara fue innovador al invertir el
dinero en efectivo. En 1931, los registros muestran que fundó una sociedad
fuera del control del fisco en Luxemburgo para mantener los activos de las
propiedades que compraba en el continente Europeo. Se llamaba “Groupement
Financier Luxembourgeois”, en otras palabras Grolux. Luxemburgo fue uno de los
primeros países en establecer empresas tipo paraíso fiscal en 1929. La sede británica de estas, llamada “British
Grolux”, se creó al año siguiente.
Cuando estalló la guerra, ante la perspectiva de una
invasión alemana, las operaciones de Luxemburgo y el aparente control de la
sede británicos de Grolux se trasladaron a los EE.UU. y a la neutral Suiza.
Las inversiones de Mussolini en Gran Bretaña están
actualmente bajo control, al igual que sus otros capitales europeos y operaciones
de divisas, todo ello por Paolo Mennini, un funcionario papal en Roma, que es,
en efecto el banquero de comercio del Papa. Mennini dirige una unidad especial
dentro del Vaticano llama la división extraordinaria de Amministrazione del
Patrimonio della Sede Apostolica (APSA ), que maneja el llamado
"patrimonio de la Santa Sede".
Según un informe del año pasado del Consejo de Europa, que
entrevistó a los representantes de los controles financieros del Vaticano, los
activos de la unidad especial a cargo de Mennini superan los 680 millones de
euros (570 millones de libras esterlinas).
Si bien el secreto sobre los orígenes fascistas de la
riqueza del papado podría haber sido más comprensible en tiempos de guerra, lo
oscuro es por qué el Vaticano posteriormente continuó manteniendo el secreto
sobre sus divisas en el Reino Unido, incluso después de que su estructura
financiera fuera reorganizada en el año 1999.
El Diario El Guardián, solicitó al representante del
Vaticano en Londres, Antonio Mennini, arzobispo, y nuncio papal, que conteste:
¿Por qué el papado continuó manteniendo en secreto la
identidad de sus inversiones inmobiliarias en Londres?.
Y También le preguntaron
¿En que se gastaron los ingresos?.
Fieles a su tradición de silencio sobre el tema, el portavoz
de la Iglesia Católica Romana, respondió que el nuncio no tenía comentarios.
En otras palabras, “A Dios rogando y con el mazo dando”….